Invitación
Frases
Te invito a que pases un rato y te detengas unos segundos en cada frase que vas a ver a continuación y que a mi, en mi día a día, me llamaron la atención. Yo logré ese momento reflexivo tan interesante que dura unos pocos segundos hasta quizás un par de minutos, a ver vos.
Para hacerlo más divertido, primero te digo las frases sin su contexto para que puedas, con facilidad, imaginar otro alternativo.
1. Las casualidades suceden, no hay que dejar que se vuelvan normalidad.
2. "El pensamiento me ha venido a completar, a clavarme su estaca,
A asediarme con su fulgor hiriente, a hacerme libre y robarme la serenidad."
3. Primero la felicidad y después la salud.
4. Es importante darse cuenta de los momentos.
5. El grupo de WhatsApp es como un mercado paralelo.
6. Quiero volver al siglo XX.
6. Del culto al coraje se romantiza al criminal.
Ahora si, el contexto. La primera, se me ocurrió a mi tras perder en un juego de PC. La segunda, son las líneas finales de un poema que se encuentra en el libro titulado "Descartes en Holanda" y cuyo nombre desconozco. La tercera, la escuche de la TV mientras hacía otra cosa, no tengo ni idea en que programa se habrá dicho. La cuarta frase la dije yo en una
conversación con mi tío sobre el armado de una computadora fija que estoy haciendo en
relación con la escasez de tarjetas gráficas y lo inflados que están sus
precios. La quinta necesita de un contexto más extenso. Un chico quiso hacer
una pregunta en el teórico de comunicación y no se le logró entender, se escuchó entrecortado. Después de que el profesor que estaba dando la
clase y esperaba su pregunta le dijera que no entendió, una chica propuso que
escribiera la pregunta por el grupo de WhatsApp de Comu. 1 del centro de
estudiantes para así otro estudiante se la podía hacer al profe. En ese
momento, algunos de los profesores se empezaron a reír y uno dijo la frase que
me llamó la atención y me hizo reír también. La sexta la dijo mi tía mientras la estaba ayudando con un tema tecnológico. La séptima es una frase de Borges.
Gestos
Sorpresa ingrata.
Eso fue lo que le
sucedió a una profe en un teórico. Mientras escuchaba a uno de sus compañeros
explicar unos conceptos, se abrió una puerta detrás suya y entro un señor que
debía ser su padre. Ella, hizo una cara de sorpresa con piscas de indignación o
incluso enojo y rápidamente apagó la cámara.
Protocolo de
producción
Es de noche. Había
estado haciendo cosas con la PC, pero ya no quería hacer más nada. De pronto, una
idea, que, en realidad, fue mucho más que una idea, fue una línea de
pensamiento, invadió mi cabeza. Sin dudarlo, agarré mi birome, manoteé mi cuaderno
que finge ser agenda y me acosté en mi cuarto. Me voy hasta las últimas páginas,
esas que se que no voy a llegar nunca y arranco.
Lo que se piensa, se
escribe. Quizás con algún instante de duda en una que otra línea, pero se debe únicamente
a cómo traducir ese pensamiento o idea que algunas veces se encuentra un poco
abstracto adentro nuestro. Nunca actúa como filtro esa duda. Voy escribiendo
siempre pensando en el sentido que ya tiene el texto. Escribo pensando en el
renglón de arriba. Cuando agoto una idea, párrafo nuevo. Así continuo hasta el
final.
Si bien este
procedimiento tiene que ver con que se trata un texto autorreflexivo, espontaneo
y ajeno al taller no varía tanto del que uso para cuentos, cartas y distintas
producciones propias del taller.
¿Qué cambia?
La idea, está claro,
se piensa con anticipación. Cada frase, cada palabra tiene la intención de
concretar esa idea. Sin embargo, por mucho que me lo hayan criticado durante la
secundaria, no escribo el plan en ningún lado. Prefiero dejarlo en mi cabeza
por si quiere cambiar de forma. Puede que en el medio de la producción se me
ocurra un final distinto y más atrapante, lo cambio, reconfiguro lo que haya
que reconfigurar. Las líneas se piensan más pero nunca demasiado porque el
hecho de que fluya suma espontaneidad y esa espontaneidad es reconocida y
apreciada por el lector. Cuando termino, releo y casi siempre algo, aunque sea
mínimo, termino cambiando.
Pero hay algo que si
es muy distinto y es un hábito que debería modificar. Las producciones del
taller las hago por computadora y las que van por fuera en papel, con mi puño y
letra. Yo no se cuánta es la perdida en cuanto a fluidez que se traduce en una
perdida de calidad del resultado final, pero por lo que leí en distintos lados no
debe ser poca.
Estos son mis procesos
o protocolos de escritura, pienso primero, priorizo la fluidez y la espontaneidad
después y no retoco demasiado una vez que el texto está terminado.
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